La ultraderecha está haciendo un regreso espectacular. Desde el genocidio palestino a las redadas de ICE, la persecución xenofóbica al estilo nazi ha permeado lentamente la política de los países más poderosos. La dupla Estados Unidos – Israel, armados hasta los dientes, ha retomado un discurso de superioridad de raza y clase casi idéntica a la del fascismo del siglo pasado.
Israelitas antiárabes
En una conferencia de prensa, el ministro israelí Itamar Ben-Gvir llamó al público a delatar a sus vecinos y denunciar a la policía a cualquiera que vea el canal árabe Al Jazeera en su televisión. Es sabido que la postura de este ministro es ultraderechista, supremacista judío y anti-árabe, sin embargo, este llamado a la persecución es una clara afrenta a la libertad de expresión.
No está de más recordar que Ben-Gvir perteneció al partido extremista Kach. De ideología sionista y con tendencias terroristas, el objetivo de este partido era expulsar a todos los árabes del territorio de Israel. Esto significa que en nombre del partido se han usado explosivos en contra de la ciudadanía y se ha conspirado y amenazado para cometer asesinatos.
Actualmente este partido no existe, pero su ideología, el khanismo, persiste. Ben-Gvir preside Otsmá Yehudit (Poder Judío), un partido consecuente con esta forma de pensar y considerado el más extremista en la historia de Israel.
Igual que en Estados Unidos, Israel pretende expulsar a todo un fenotipo de un territorio que ni siquiera era suyo en primer lugar. Ya sea a costa de sus vidas, ambos países pretenden crear naciones “puras” habitadas únicamente por una “raza superior”.
Propaganda antimexicana
A través de la imagen de Kristi Noem, titular del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), se ha difundido propaganda dirigida a los migrantes sembrando odio y terror al avisar que de entrar a los EUA serán perseguidos.
La postura antimigrante por parte del gobierno de Donald Trump ha sido una de sus más grandes características. Desde su primer mandato ha posicionado en el debate público a las y los trabajadores extranjeros como enemigos públicos del americano. El racismo y la xenofobia son lo que distinguen a su discurso y ahora esta postura se exacerba cada vez más con la propaganda.
En sintonía al aumento de las hostilidades y violencia en contra de la comunidad mexicana y migrante, se han estado llevando a cabo redadas arbitrarias e inconstitucionales. Se ha hecho uso indiscriminado de la fuerza militar y de la policía ICE a cargo del departamento de seguridad nacional.
Las mexicanas y los mexicanos que se organizaron en la defensa de sus derechos humanos han sido objeto de persecución política y propaganda. Destacan medios de comunicación como Fox News, así como la cuenta oficial de X del DHS.
En la Cuenta de X oficial de esta institución, se encuentra fijada un video al más puro estilo de Hollywood donde se maestra anarquía e inestabilidad. Se acompaña con el texto “restaurar la ley y el orden ahora”, además de agregar el número de la policía migratoria ICE.
A su vez, el mismo DHS subió a sus redes la siguiente imagen. A todas luces una imagen de propaganda anti migrante, en la que se incita a la población a denunciar a los migrantes. Sin duda recuerda a la propaganda fascista realizada por los nazis y franquistas del siglo pasado.
Seguido de varios tuits donde se resalta la bandera de forma amarillista, resalta un clip subido por la cuenta de X de Kristi Noem, sacado de una rueda de prensa donde ordena a los migrantes a salir voluntariamente del país, al ser más barato para el gobierno de EUA. De no ser así, dice “te encontraremos, arrestamos y deportamos”.
Esta propaganda antimexicana y antimigrante busca deshumanizar y criminalizar a las y los mexicanos en los EUA, con el objetivo de legitimar las acciones fascistas y racistas del gobierno de Donald Trump. Al igual que los nazis con los judíos, o los franquistas con los comunistas, el supremacismo blanco, conservador y protestante de los Estados Unidos, busca colocar a las mexicanas y mexicano como enemigos públicos, siendo víctimas de atrocidades y violaciones de derechos humanos.
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