No todo movimiento social y político es legítimo. En los últimos días la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Estado (CNTE) ha causado daños económicos y ha violentado y alterado el orden público, realizando incendios y ataques deliberados. Sobre todo, no ha existido ningún deslinde por parte de la Coordinadora sobre dichos actos.
La teoría de Movimientos Sociales (MS) y la teoría democrática señalan que un movimiento que promueve destrucción sistémica y violencia están lejos de alcanzar el objetivo de todo MS, que es la capacidad de convencer a la sociedad a través de la deliberación pública. Por ello, la CNTE no cuenta con un respaldo popular, pero entonces, ¿cuál es su objetivo?
La consigna política polarizadora por la que ha optado la CNTE es una copia y pega del discurso agotado por la comentocracia y principales “líderes” de los partidos de derecha mexicanos. Frases como “el país se le está cayendo a pedazos” producidas con anterioridad por columnistas han sido retomadas por integrantes de la Coordinadora durante sus últimas manifestaciones. Es decir, si realizamos un análisis del discurso, este grupo no presenta una ideología propia, sino una especie de vocería de ataque al gobierno federal.
Resulta importante resaltar que la principal causa por la que se manifiesta este grupo es debido a la Ley calderonista del ISSSTE del año 2007. Ésta transformó al sistema de pensiones para trabajadores del Estado, sustituyendo el sistema solidario por un sistema de ahorro individual. Por tal motivo, los ahorros de los trabajadores fueron destinados al financiamiento de la actividad privada a través de las afores. Desatando actos de corrupción como el financiamiento a la empresa Oro Negro.
El sistema de afores junto con el estancamiento de los salarios durante los gobiernos priistas y panistas conforman un panorama complejo. Revertir la Ley del ISSSTE de 2007, no es un paso que se pueda dar de la noche a la mañana. No por esto se ha dejado de dar respuesta a las demandas de las y los maestros.
Los gobiernos neoliberales criminalizaron a los maestros y les impusieron una reforma educativa que elimina derechos y estabilidad laborales. Con la llegada de AMLO se hizo justicia a los maestros. Se reinstaló a profesores despedidos, se basificó a un millón de maestros, se aumentó su salario en 47%, y se aumentaron las jubilaciones hasta el 100%, entre otras demandas. Mientras en el sexenio peñista el salario promedio era de $9,580, con López Obrador incrementó a $17,635 pesos de acuerdo con la Secretaría de Educación.
Por otro lado, la presidenta Claudia Sheinbaum, anunció recientemente que habrá un incremento del 10% en salarios a maestras y maestros. Durante la conferencia mañanera del 6 de junio, mencionó no estar de acuerdo con la violencia, y dijo que las manifestaciones deben ser pacíficas. De lo contrario tiene que haber deslinde.
Es verdad que la reforma del ISSSTE impuso un régimen injusto para los maestros por eso, el gobierno de Sheinbaum ha dispuesto una reducción gradual de la edad de jubilación y garantizar una pensión de 100% al 90% de los maestros.
El gobierno de México ha dispuesto mesas para escuchar y atender las demandas magisteriales, sin embargo los líderes de la CNTE han optado por radicalizar sus acciones violentas para “mostrar” su inconformidad.
Pero habiendo un gobierno democrático que dialoga y atiende las demandas, no se justifica el vandalismo al mobiliario urbano, a los edificios públicos y privados. Al incendio de oficinas y golpes a comunicadores.
Con su maximalismo, empeñarse en que respondan a sus exigencias sin importar el costo al país, al presupuesto público… Da la impresión que detrás de la CNTE hay intereses desestabilizadores más que demandas legítimas
Así que la pregunta es pertinente …¿a quién le hacen el juego los líderes de la CNTE?
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